Durante siglos impávidos, en perfecta formación, guardando el cádaver de su emperador. Son figuras de terracota pero a tamaño real, hasta el punto de que puede llegar a dar la sensación que van a cobrar vida…Las huestes con las que el primer emperador de China, Qin Shi Huang se acompañó en la muerte; el impresionante ejército de los guerreros de Xian habrían sido construido en el 200-209 a. C., como fruto del intercambio cultural entre griegos y chinos durante las campañas de expansión militar en los reinos de Asia de Alejandro Magno. Así lo creee Lukas Nikel, profesor del departamento de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres.
Las evidencias del investigador se basan en antiguos documentos recientemente traducidos en los que se mencionala fantástica historia de gigantescas estatuas que aparecieron en lejano oeste, inspirando al emperador para duplicarlas en frente de su palacio. El relato demostraría según Nikel, el contacto de ambas civilizaciones, que habría resultado en el deseo del emperador de duplicar no sólo las 12 gigantescas estatuas sino el de construir su propio ejército para su mausoleo.
Además, según apunta Lukas Nikel en un nuevo trabajo como informa la revista Live Science, no hay ninguna evidencia arqueológica de que se construyeran estatuas en China antes de Quin Shi Huang lo que sustentaría con más fuerza su hipótesis. El experto ha traducido antiguos documentos de China que se refieren a la historia de los 12 estatuas de gigantes envueltas en “vestimentas extranjeras” que aparecieron en Lintao en lo que se consideraba la parte más al a oeste de China, aunque la propia palabra “lintao” tiene el significado de “cualquier lugar del lejano oeste”.
Los documentos no explican cuándo se produjo este acontecimiento, quién los llevó a China o cómo eran exactamente, sólo se menciona su tamaño, 11 metros de alto, con unos pies de un 1,38. Impresionaron de tal forma al emperador, que decidió construir 12 duplicados en frente de su palacio, fundiendo armas de bronce para su construcción.
Las estatuas desparecieron con el tiempo y sólo se tiene constancia de ellas por los numerosos escritos en las que se mencionan, de hasta hace 1.400 años de antigüedad, ya estuvieron otros tantos años a la vista de todo el mundo, enfrente del palacio de los emperadores, justo lo contrario que ocurrió con los guerreros de Terracota, que al estar enterrados en un mausoleo secreto, se conservaron, pero no fueron mencionados en nigún escrito, ya que no fueron nunca públicos.
Para Lukas Nikel, el nivel de maestría de las estatuas del ejército de Terracota no pudo aparecer repentinamente -antes no había esculturas en China- ya que a los griegos les llevo siglos perfeccionar su estilo, sólo teniendo modelos del periodo helenístico de los que aprender, pudieron llevar a cabo la tarea. Después de la muerte del emperador, la dinastía Han que tomó el poder, abandonó la creación de esculturas de tamañano humano en favor de miniaturas de hombres, animales y objetos.
Obsesionado con la inmortalidad y temeroso de la muerte, los historiadores aseguran que el emperador Shi Huang llegó a buscar el exilir de la eterna juventud visitando la isla de Zhifu hasta en tres ocasiones, y que envió barcos cargados de hombres en busca de la mítica montaña Penglai.
Antes de que todo se mostrara inútil, la necesidad de escapar de los espíritus malvados por los que el emperador sentía pavor, le llevó a la construcción de numerosos pasadizos y túneles en su mausoleo, con el objeto de poder esconderese y escapar de ellos, y, en última instancia, a la concepción del célebre ejército que debería defenderle.
Su descubrimiento en 1974, de forma casual cuando se excavó para acometer una obra de regadío, sobrecogió al mundo entero por la magnificiencia y enormidad del conjunto de soldados, que no se limitan a simples moldes ya que el ejército cuenta con sus diferentes rangos -oficiales, tropa- con sus distintos uniformes y armas, y otors elementos como caballos y carros.
Mientras se siguen desenterrando nuevas tumbas y hallando más guerreros, la camara funeraria principal del emperador sigue sin ser descubierta. El emperador no dio pistas de su ubicación, al contrario, guiado por su cerval miedo a la muerte y el más allá estableció pistas falasas, así que el túmulo artificial donde se marca que está la tumba no es necesariamente el lugar exacto de la cámara principal.
No obstante, los investigadores creen tener una idea bastante exacta por medio de los restos de mercurio que han hallado, ya que según recogen las crónicas la tumba de Qui Shi Huang estaba rodeada de un río hecho del metal líquido. Hasta que se acbe de descubrir todo lo relativo al mausoleo del emperador las hipótesis de Lukas Nikel abren una nueva posible línea de investigación futura para seguir conociendo más sobre la fascinante historia y creación del tesoro arqueológico.
Además, según apunta Lukas Nikel en un nuevo trabajo como informa la revista Live Science, no hay ninguna evidencia arqueológica de que se construyeran estatuas en China antes de Quin Shi Huang lo que sustentaría con más fuerza su hipótesis. El experto ha traducido antiguos documentos de China que se refieren a la historia de los 12 estatuas de gigantes envueltas en “vestimentas extranjeras” que aparecieron en Lintao en lo que se consideraba la parte más al a oeste de China, aunque la propia palabra “lintao” tiene el significado de “cualquier lugar del lejano oeste”.
Los documentos no explican cuándo se produjo este acontecimiento, quién los llevó a China o cómo eran exactamente, sólo se menciona su tamaño, 11 metros de alto, con unos pies de un 1,38. Impresionaron de tal forma al emperador, que decidió construir 12 duplicados en frente de su palacio, fundiendo armas de bronce para su construcción.
Las estatuas desparecieron con el tiempo y sólo se tiene constancia de ellas por los numerosos escritos en las que se mencionan, de hasta hace 1.400 años de antigüedad, ya estuvieron otros tantos años a la vista de todo el mundo, enfrente del palacio de los emperadores, justo lo contrario que ocurrió con los guerreros de Terracota, que al estar enterrados en un mausoleo secreto, se conservaron, pero no fueron mencionados en nigún escrito, ya que no fueron nunca públicos.
Para Lukas Nikel, el nivel de maestría de las estatuas del ejército de Terracota no pudo aparecer repentinamente -antes no había esculturas en China- ya que a los griegos les llevo siglos perfeccionar su estilo, sólo teniendo modelos del periodo helenístico de los que aprender, pudieron llevar a cabo la tarea. Después de la muerte del emperador, la dinastía Han que tomó el poder, abandonó la creación de esculturas de tamañano humano en favor de miniaturas de hombres, animales y objetos.
Obsesionado con la inmortalidad y temeroso de la muerte, los historiadores aseguran que el emperador Shi Huang llegó a buscar el exilir de la eterna juventud visitando la isla de Zhifu hasta en tres ocasiones, y que envió barcos cargados de hombres en busca de la mítica montaña Penglai.
Antes de que todo se mostrara inútil, la necesidad de escapar de los espíritus malvados por los que el emperador sentía pavor, le llevó a la construcción de numerosos pasadizos y túneles en su mausoleo, con el objeto de poder esconderese y escapar de ellos, y, en última instancia, a la concepción del célebre ejército que debería defenderle.
Su descubrimiento en 1974, de forma casual cuando se excavó para acometer una obra de regadío, sobrecogió al mundo entero por la magnificiencia y enormidad del conjunto de soldados, que no se limitan a simples moldes ya que el ejército cuenta con sus diferentes rangos -oficiales, tropa- con sus distintos uniformes y armas, y otors elementos como caballos y carros.
Mientras se siguen desenterrando nuevas tumbas y hallando más guerreros, la camara funeraria principal del emperador sigue sin ser descubierta. El emperador no dio pistas de su ubicación, al contrario, guiado por su cerval miedo a la muerte y el más allá estableció pistas falasas, así que el túmulo artificial donde se marca que está la tumba no es necesariamente el lugar exacto de la cámara principal.
No obstante, los investigadores creen tener una idea bastante exacta por medio de los restos de mercurio que han hallado, ya que según recogen las crónicas la tumba de Qui Shi Huang estaba rodeada de un río hecho del metal líquido. Hasta que se acbe de descubrir todo lo relativo al mausoleo del emperador las hipótesis de Lukas Nikel abren una nueva posible línea de investigación futura para seguir conociendo más sobre la fascinante historia y creación del tesoro arqueológico.
(Fuente: La aventura de la Historia. Autor: Julio Martín Alarcón).
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