miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Existían brujas reales en la Europa de la Edad Moderna? Una reflexión histórica y social.



Para abordar esta cuestión debemos tener en cuenta un hecho fundamental: la imagen de la bruja que se tenía en las postrimerías de la Edad Media y durante todo el periodo moderno estaba constituida por numerosos elementos que se habían ido acumulando a lo largo de muchos siglos. Fundamentalmente reminiscencias y restos de cultos paganos (ecos lejanos de rituales germánicos, célticos o incluso grecolatinos, donde la mujer tenía una importancia capital en el mundo mágico), tradiciones populares, prejuicios sociales, etc. Todo ello, como digo, fue conformando una imagen estereotipada de la bruja como tal, donde tuvo una especial fuerza para tal fin la demonización de ciertas prácticas que se asociaron con la brujería, llevando así a la intolerancia y a la persecución, en una sociedad impregnada por los valores y la moral de una férrea doctrina cristiana.

La pregunta que encabeza esta reflexión es de difícil respuesta, no en tanto al componente mágico, es decir, si existían verdaderas brujas con poderes, pues todos sabemos que la magia no existe, sino al intento de determinar si existían esa clase de brujas “construidas”, esa imagen estereotipada de la bruja creada y convertida en motivo de persecución: ¿existían las brujas que realizaban pactos con el diablo, organizaban aquelarres y orgías salvajes o devoraban niños, que con tanto empeño persiguieron los inquisidores y los tribunales civiles en la época moderna? Intentemos dar respuesta a este interrogante.

Primeramente, al detenernos en la imagen que se tenía de una bruja en la modernidad, observamos una serie de rasgos típicos: mujer de edad avanzada, apartada de la sociedad y con cierto grado de marginación social, sospechosa de realizar pactos con el Diablo (a veces junto con otras brujas), capaz de realizar vuelos nocturnos, devoradora de niños, y otras tantas atribuciones más. Debemos tener en cuenta que toda fantasía tiene una fuerte base real, y en el caso de la reconstrucción del mundo de las brujas, se amalgaman visiones derivadas de los prejuicios cristianos sobre lo que a sus ojos es pagano, no vinculado a la creencia oficial, y la cultura y saber populares, de largos siglos de elaboración y transmisión campesina. La persecución de la brujería fue sin duda uno de los mecanismos puestos en marcha con el fin de destruir la cultura popular, y sus antiguos saberes, los cuales habían sobrevivido durante siglos. En los procesos de brujería se observa una gran mayoría de mujeres acusadas, en gran parte debido a que las mujeres eran precisamente las encargadas de salvaguardar esta sabiduría popular. Así pues, la Iglesia y el cristianismo en general comenzaron a demonizar estas prácticas que tanto tiempo se habían estado realizando, vinculándolas con rituales satánicos y otras veces, sobre todo cuando intervenían varios individuos, en orgías desenfrenadas. La demonización de estas antiguas prácticas llevó a la intolerancia y a la persecución. La imagen de la bruja satánica fue un importante mecanismo de control social y de dominio sobre el diferente. Fue la manera más eficiente de imponer una cultura hegemónica como la cristiana y erradicar de forma sistemática el saber y la cultura populares. Tampoco debemos olvidar, tal y como nos sugiere el especialista en el tema Stuart Clarke en su artículo “Brujería e imaginación histórica. Nuevas interpretaciones de la demonología en la Edad Moderna”, que la reforma religiosa llevada a cabo en este periodo, tanto de manos de católicos como de protestantes, intentó cambiar las creencias morales y espirituales de los europeos, viendo en la brujería y todo lo relacionado con ella, uno de sus principales impedimentos para realizar tal labor. Por ello la brujería fue objeto de numerosos ataques, tanto a nivel literario como en lo que a persecuciones se refiere, contribuyendo a que se crease una imagen despreciable de este colectivo.




No obstante, podemos ahondar más en la imagen de la bruja creada en la Edad Moderna. Sin embargo, para intentar comprender algunos de los motivos de esas atribuciones ficticias dadas a la figura de la bruja, deberemos acercarnos, en mi opinión, a algunos escritos de autores especialistas sobre la cuestión cuyo ámbito de estudio se centra en nuestra psiqué más profunda, en nuestros miedos más escondidos. Para ello veamos lo que nos dice Norman Cohn en el postafio de su obra “Los demonios familiares de Europa” sobre esta cuestión, sobre la fantasía y nuestros temores, algo intrínsicamente relacionado con la pregunta que estamos intentando contestar. 
Según el autor británico, las brujas, los hechiceros y demás individuos que practicaban actividades mágicas malignas representaban de una forma u otra los miedos más internos y ofuscadores que atormentaban a los europeos. Una serie de aspectos interesantes resaltados por Cohn y puestos en relación con esa invención de la imagen de la bruja a finales de la Edad media y sobre todo en época moderna, son, por un lado, la atribución a este colectivo de prácticas caníbales con niños y, por otro, la celebración de orgías desenfrenadas donde se convocaba al Diablo. Con respecto al primero de estos aspectos, Cohn nos dice que esta característica en la bruja tradicional no es otra cosa que un reflejo de “los deseos y angustias experimentadas en la infancia”, en cierta manera inconscientes y reprimidos. No obstante es un tema de difícil comprensión, aunque existe gran variedad de opiniones, pues, por ejemplo, entre los psicoanalistas este comportamiento caníbal hunde sus raíces, también como dice el autor inglés, en la infancia. Parece ser que algunos niños en los primeros años de vida reflejan comportamientos o impulsos caníbales, a veces proyectados en sus padres o incluso en sus hermanos, y que las fuentes de la fantasía son precisamente estos impulsos a los que se refiere. Pero también otras opiniones sugieren una actitud contraria: los padres son los que experimentan impulsos antropófagos hacia sus hijos. En resúmen, parece ser que esta serie de impulsos subconscientes reprimidos y detestables alimentarían el imaginario colectivo para dar forma a una bruja caníbal y devoradora de niños.

El segundo punto que aborda Cohn son las prácticas orgiásticas, en las que el Diablo solía hacer acto de presencia. El autor británico nos plantea una hipótesis a este respecto bastante interesante y a tener en cuenta: la celebración de estas orgías donde supuestamente las brujas daban rienda suelta a su desenfreno sexual obedece también a sentimientos reprimidos, concretamente a un resentimiento inconsciente contra todo lo que tiene que ver con el cristianismo y su rigorismo.

En fin, como conclusión para esta pequeña reflexión, sólo nos queda decir que la bruja, según lo que hemos ido viendo, fue transformándose a lo largo de los siglos, llegando al cúlmen de este proceso en la Época Moderna, donde su imagen fue modificada del todo, en la mayoría de los casos atribuyéndole aspectos ficticios e inventados de manos de los poderes eclesiásticos para intentar erradicar los últimos resquicios de tradiciones populares que persistían en algunos lugares. Para ello se inventaron pactos con el Diablo, aquelarres, orgías y actos caníbales, todo ello para demonizar a esta figura y que el conjunto de la sociedad, una sociedad cristiana, terminase por eliminarla de su vida. En mi opinión, y para concluir definitivamente, creo que las brujas, tal y como se las representaba en los siglos modernos, eran inexistentes: eran el reflejo de una excusa para imponer de una vez por todas la moral y las creencias cristianas allá donde supuestamente se necesitaban.


Bibliografía.

  • BERNARDEZ, Enrique. Los mitos germánicos. Madrid: Alianza, 2010. Alianza Ensayo.
  • CLARK, Stuart. “Brujería e imaginación histórica: Nuevas interpretaciones de la demonología en la Edad Moderna”, en María Tausiet and James Amelang (eds.), El Diablo en la Edad Moderna, Madrid: Marcial Pons, 2004, p. 38.
  • COHN, Norman. Los demonios familiares de Europa. Madrid: Alianza, 1992. Alianza Universidad.
  • RUSELL, J. Burton. La historia de la brujería: hechiceros, herejes y paganos. Barcelona: PAIDOS IBERICA, 1998.



9 comentarios:

  1. Y una vez más, nos topamos con la Iglesia y sus persecuciones, y con su deseo enfermizo de monopolizar los pensamientos y las creencias del máximo número de personas posible. Algo tolerante y respetuoso, vaya, como de costumbre. Pues como dice este detallado artículo, las brujas y hechiceras probablemente no eran más que curanderas y mujeres con conocimientos de medicina, botánica y biología transmitidos durante generaciones en áreas sin influencias cristianas... hasta que estas influencias llegaron, claro.

    Lo de que "todos sabemos que la magia no existe", no lo tengo yo muy claro xD. Magia como hechizos, encantamientos o maldiciones quizá no, pero estar en el momento adecuado en el lugar exacto y presenciar algo que nadie más ha visto ni sentido más que tú... puede entenderse como magia. Perdonad el pasteleo, esto iría mejor en el blog "Azúcar en mi poesía y otras cursiladas", pero quise ponerlo.

    PD: Respecto a lo de la brujería, recomiendo fervorosamente ir al pueblecito navarro de Zugarramurdi, bastante famoso (u oído, mejor dicho) ahora gracias a la película "Las brujas de Zugarramurdi" de Álex de la Iglesia. Tiene uno de los episodios de caza de brujas más famosos de toda Europa, y existe una zona de cuevas en un bosque cercano al pueblo donde se decía que era donde se celebraban los aquelarres y se convocaba al Diablo. Y en el mismo pueblo, que es muy bonito, también existe un estupendo Museo sobre la brujería en esa zona, perfectamente documentado, con muchos elementos y objetos rescatados (sombreros puntiagudos y escobas incluidas, en serio) así como documentos de la época. Más información: http://www.turismozugarramurdi.com/seccion/turismo_museo_de_las_brujas/

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    1. Es evidente que me refería a la magia en sentido estricto. A estas alturas, que alguien crea en la magia es cuando menos ridículo, en mi opinión. En cuanto a lo de Zugarramurdi, creo tener un artículo por ahí sobre el tema. Si lo localizo lo subo y os lo paso, por si interesa.

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  2. Esperaba más de este artículo, que no ahonda en lo que promete que va a ahondar. Se basa además en extrañas concepciones psicoanalistas, que es una rama de la psicología profundamente cuestionada por la ciencia. Finalmente, da por sentado una serie de puntos de vista contemporáneos para explicar las mentalidades del pasado que son, cuanto menos, erroneas. Por ejemplo, se parte de la asumpción no justificada de que la caza de brujas respondía principalmente a cuestiones politicas y de control de masas. Asimismo, se hace una gran defensa de las "curanderas" y gentes de "saberes tradicionales", lo cual es hipócrita: a dia de hoy existe una persecución igual de rigurosa de estas gentes, que si bien no se las quema en la hoguera literalmente, si se las somete a escarnio publico siempre que se puede y se las condena al ostracismo social. Sirva de ejemplo relacionado con el tema el "suicidio anual homeopático" que se practica, entre otros, en españa (y con el unico motivo de ridiculizar y "demonizar" aquello que no "encaja con el poder (farmacologico) establecido").
    Por otra parte, la demonización que hace el artículo con respecto a las iglesias cristianas es también hipocrita, por cuanto todo eso de los saberes populares y milenarios suena muy bien, pero luego no se menciona la otra cara de la misma moneda: la superstición pagana galopante que hasta hace muy poco azotaba como una peste a toda europa. ¿Cómo se trataba, popularmente, a los locos? ¿que clase de remedios salvajes se han llegado a practicar para "curar" cosas que no eran ni enfermedades, según el "conocimiento popular"? La lucha eclesiastica en contra de la "brujería" también puede analizarse desde la perspectiva de la lucha de las clases ilustradas de la epoca (el clericado sabia leer y escribir y contar... el pueblo no), contra todas esas concepciones fantasiosas, supersticiosas y "mágicas" que subsistian en el pueblo llano. Nuevamente, un ejemplo de nuestros días lo vemos con el Sapo Común, animal que esta asociado con todo tipo de males desde tiempos inmemoriales, y que la "sabiduría popular" ha tenido a bien de apalear y matar siempre que les era posible. O la demonización de las lombrices que perdura hasta nuestros días y que se cree que destrozan las cosechas. Tanto los sapos como las lombrices, casualidades de la vida, son de los mejores aliados del agricultor. ¿Por qué son perseguidos entonces? ¿cultura popular ancestral o superstición absurda y dañina?

    Por tanto, un poco de por favor. Cuando se analiza la historia hay que tener muy en cuenta cuales son nuestras convicciones ideologicas de partida, pues las cosas siempre las veremos según el color del cristal por el que las miremos. En el caso concreto de este artículo, parte de una idea preconcebida acerca del papel de las iglesias (son las iglesias, en plural, porque en la época ya se habían separado los reformistas, los anglicanos y los católicos, y por tanto resulta tendencioso hablar de la iglesia, como si implicitamente se tratara de culpar de toda la cacería de brujas solamente al Vaticano), para llegar finalmente a la conclusión de que efectivamente se trataba de los tejemanejes de las malvadas iglesias. No parece por tanto que el artículo investigue mucho y de manera objetiva, pues llegar a las conclusiones a las que se pretendía llegar desde el principio parece poco "objetivo".

    En definitiva, hay mucho más que decir sobre el tema que lo que aquí se expone.

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    1. Hola Álvaro, antes de nada te damos las gracias por expresar tu opinión sobre este artículo. Es crítico, sin duda, muy respetable pero desafortunado en algunos puntos. Veamos.
      En primer lugar, afirmas que en nuestro artículo, según tus palabras, “se hace una gran defensa de las “curanderas y gentes de “saberes tradicionales””. Esto no es cierto. En ningún momento se ha hecho tal defensa, sólo se ha constatado un hecho que está enormemente estudiado: el arrinconamiento de los saberes populares y pre-cristianos por parte de la Iglesia y los poderes políticos.
      La superstición pagana a la que haces mención y que afirmas que “azotaba como una peste” hasta hace bien poco, no me termina de quedar bien claro, ¿realmente hemos vivido hasta hace bien poco una “invasión supersticiosa” por toda Europa? En fin. Insisto, nosotros en ningún momento hemos defendido ni dejado de defender el saber popular pero si hacemos ver que fue perseguido y erradicado casi en su totalidad y, como bien dices, aún hay reminiscencias de ello, sometiendo a ciertas personas que aún hacen uso de remedios tradicionales a un cierto grado de asilamiento y no aceptación.

      En cuanto a las cuestiones psicoanalistas que abordamos en este artículo. Insistimos que en numerosos de los monográficos que os ofrecemos en Antiquus se nutren de determinada bibliografía, bibliografía que bajo el criterio del autor es la adecuada para abordar el tema que se intenta analizar. En este caso hemos hecho uso de dos prestigiosos antropólogos e historiadores como son Stuart Clarke y Norman Cohn y que, si no has leído algún artículo suyo, te invitamos desde aquí a que lo hagas. Te aseguramos que no existe sombra de sospecha sobre una visión tendenciosa en contra de la Iglesia en ninguno de estos autores. Se limitan a analizar los documentos, a contrastarlos, a desplazarse a los lugares donde se han producido esta clase de persecuciones y a reflexionar sobre la cuestión con rigor.
      Es normal que se discrepe de las opiniones expresadas por ciertos autores de los que hacemos uso para nuestros monográficos o de nuestros propios artículos, y aceptamos tales críticas, siempre aprendiendo cada día. Pero no podemos dejar de extrañarnos en que, con todos nuestros respetos hacia ti, nos acusas de ser tendenciosos cuando observamos que eso mismo parece que se detecta en algunas de tus argumentaciones.

      Un respetuoso saludo.

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    2. Hola Amigos!

      El articulo en cuestión, y sin que pretenda ser una critica, es tan corto que en realidad apenas da para profundizar en esta compleja cuestión. Si mi reacción puede haber sido un tanto directa es, entre otras razones, a raiz de leer uno de los comentarios de los lectores de la entrada. Comienza así: "Y una vez más, nos topamos con la Iglesia y sus persecuciones, y con su deseo enfermizo de monopolizar los pensamientos y las creencias del máximo número de personas posible."

      Obviamente, esto no tiene que ver con los redactores del blog y de la entrada, pero es más que comprensible que los lectores interpreten con "ojos contemporáneos" los hechos históricos que mencionáis. Máxime, y de ahí mi critica, cuando os limitáis a afirmar que se trataba de una "persecución", cuando no se aclaran los motivos, y cuando además no se distingue a los actores. Yo no soy historiador, pero hasta donde alcanzan mis conocimientos, las principales quemas de brujas corrieron a cargo de elementos que se habían separado de la iglesia católica. Otro aporte que también tengo entendido es el de que, la infame inquisición española, contrariamente a lo que cabria esperar, nunca tuvo entre sus principales objetivos la persecución de brujas (si de otros colectivos, reales, como los judios, los homosexuales, etc.), lo que dio lugar a que España saliese del paso como uno de los paises con menos persecuciones en este sentido.

      ¿Por qué es esto relevante? En el articulo se habla del intento por parte del estamento clerical (pues se entiende que ellos son los principales interesados) de imponer una "los valores y la moral de una férrea doctrina cristiana".
      ¿Tiene en realidad esto sentido? ¿Se puede considerar que se trata realmente del motor detrás de las persecucione? ¿un intento de concentrar el poder en el estamento clerical? Porque eso es lo que implicitamente se afirma.

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    3. Yo no lo creo así. Tendría sentido si hablasemos de una época anterior al cisma de los protestantes, y por tanto en una epoca donde efectivamente existe tal estamento clerical jerarquizado, con su sede en roma. Precisamente el protestantismo supuso una ruptura con roma y un rechazo de la jerarquia clerical. Los reformadores se constituirían en una suerte de hermandad sin sede central, donde cada párroco sería la autoridad religiosa de su círculo de feligreses, y poco más. Con semejante ideal de lo que la iglesia cristiana (protestante) habría de ser en relación al pueblo llano, parece incoherente que este estamento lanzase una campaña tan virulenta para afianzar un poder politico que acababan de rechazar!

      Personalmente, me inclino a pensar más bien en lo contrario. Implicito en la filosofía de los reformados, junto al rechazo de la autoridad papal y de roma, venía también el rechazo a una interpretación eclesiastica de la biblia. En vez de ello, cada feligres deberia escuchar la palabra de dios de primera mano e interpretarla a su manera. En muchos aspectos esto supuso un avance frente a una rigidez doctrinaria, pero también supuso la vuelta a las supersticiones, a la interpretacion literal y fanática de la biblia, y en consecuencia también a intentar aplicar sus violentisimos principios de castigos por pecados, etc.
      En cuestiones históricas, las coincidencias me parece que están fuera de lugar. Que las persecuciones mas sanguinarias tuvieran lugar precisamente en principados alemanes reformados y secesionados de la corona española me parece significativo en relación a sus visiones teologicas del cristianismo.

      Y con esto solo toco la primera parte de la exposición. Se podria hacer una larga reflexión también acerca de lo que las supersticiones paganas han supuesto para nuestra sociedad, y hasta qué epoca han pervivido. Sin ir mas lejos, la idea misma de cazar brujas es una supersticion, pues las brujas no existen. ¿Se trata realmente de una persecución eclesastica cristiana, o mas bien se trata de una persecución de inspiracion pagana que simplemente habia tomado a las autoridades religiosas de la epoca y del lugar y las había llevado a actuar como actuaron?

      En cuanto a la maldad y violencia que conllevan las supersticiones habitualmente, ya he puesto dos ejemplillos que son actuales, que suceden hoy en día. Con respecto al mundo animal sin duda es facil encontrar muchisimos ejemplos de esta indole. ¿Acaso no se ha perseguido y torturado gatos negros porque traian mala suerte? ¿Fue la iglesia la que creó este mito,o simplemente intentó aprovecharse de unas supersticiones ya latentes en la sociedad y las incorporó a su imaginario? No olvidemos que las iglesias cristianas tendían a asimilar las culturas preexistentes y sus festividades para acabar transformandolas con el tiempo. Si ellos no crearon la persecución de gatos negros (de serpientes, sapos, ranas, lombrices, lobos y sabe dios cuanta fauna "inocente" más), por qué, no obstante, la persecución de brujas es algo de los cristianos?

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    4. Hola de nuevo Álvaro. Coincido en gran medida en todo lo que acabas de decir, los focos de persecuciones de brujas se centraron en Alemania, los Países Bajos y Suiza, a grandes rasgos, todas ellas con el protestantismo como rama excindida del catolicismo. Insistimos en que la mayoría de las persecuciones se hicieron en este contexto y, en contra de lo que comunmente se cree, la Inquisición persiguió muy anecdóticamente a esta clase de personas.
      Recordamos desde aquí que el blog es de ámbito divulgativo y, como tal, muchas de las cuestiones que planteas y argumentas, las tenemos presentes y sabemos de ellas pero necesariamente, en determinados artículos, tenemos y debemos sintetizar. El tema es tan inmenso, con tantos matices y líneas de investigación que es muy dificil concretar todo en tan pocas líneas.

      En cuanto al tema de tu reacción, humildemente hubiera estado mejor que expresases tu opinión con el responsable de esa respuesta en el blog, no con el artículo entero, si realmente te ha molestado de aquella manera. Ahora bien, si en el fondo tu malestar era con todo en su conjunto, no hay más que decir.

      Volviendo al protestantismo. Discrepo contigo en ciertos puntos. En primer lugar, afirmas los iguiente:

      “Tendría sentido si hablasemos de una época anterior al cisma de los protestantes, y por tanto en una epoca donde efectivamente existe tal estamento clerical jerarquizado, con su sede en roma. Precisamente el protestantismo supuso una ruptura con roma y un rechazo de la jerarquia clerical. Los reformadores se constituirían en una suerte de hermandad sin sede central, donde cada párroco sería la autoridad religiosa de su círculo de feligreses, y poco más. Con semejante ideal de lo que la iglesia cristiana (protestante) habría de ser en relación al pueblo llano, parece incoherente que este estamento lanzase una campaña tan virulenta para afianzar un poder politico que acababan de rechazar”.

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    5. El que el protestantismo rompiese con Roma no lo exime para que las principales figuras del mismo, sacerdotes y comunidades protestantes, con sus diversas corrientes, promovieran e instasen al pueblo a la persecución de las consideradas como brujas y hechiceras, supuestamente guiadas por el diablo. Al contrario de lo que dices, los sacerdotes protestantes tenían un enorme peso en las comunidades locales de los siglos XVI y XVII de las zonas antes mencionadas. Evidentemente, se diferenciaban de muchas cosas de los católicos pero ejercían una enorme influencia, llegando incluso a inmiscuirse en asuntos que sólo concernían a tribunales civiles, por dar sólo un ejemplo.

      Por otra parte nos comentas:

      “Implicito en la filosofía de los reformados, junto al rechazo de la autoridad papal y de roma, venía también el rechazo a una interpretación eclesiastica de la biblia. En vez de ello, cada feligres deberia escuchar la palabra de dios de primera mano e interpretarla a su manera. En muchos aspectos esto supuso un avance frente a una rigidez doctrinaria, pero también supuso la vuelta a las supersticiones, a la interpretacion literal y fanática de la biblia, y en consecuencia también a intentar aplicar sus violentisimos principios de castigos por pecados, etc.
      En cuestiones históricas, las coincidencias me parece que están fuera de lugar. Que las persecuciones mas sanguinarias tuvieran lugar precisamente en principados alemanes reformados y secesionados de la corona española me parece significativo en relación a sus visiones teologicas del cristianismo”.

      Volvemos a lo mismo. Cierto es que con el protestantismo cada creyente o feligrés, hacia una lectura e interpretación a su manera de la Biblia pero recordemos, y volviendo al punto anterior, que siempre estaba presente la figura de un sacerdote que guiase a la comunidad y realizara las misas concernientes. Al fin y al cabo la figura del sacerdote protestante era comúnmente muy respetada en estas comunidades y su palabra, su visión y opinión del mundo y de las sagradas escrituras en particular era muy valorada por el conjunto de dichas comunidades locales. Ni que decir tiene que esto directa o indirectamente ejercía una enorme influencia en su comunidad y lo que ello conlleva.

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    6. Por otra parte lanzas una pregunta que me parece curiosa cuanto menos:

      “¿Se trata realmente de una persecución eclesastica cristiana, o mas bien se trata de una persecución de inspiracion pagana que simplemente habia tomado a las autoridades religiosas de la epoca y del lugar y las había llevado a actuar como actuaron?”.

      Es una pregunta de aparente fácil respuesta. La inspiración de estas persecuciones se nutre casi exclusivamente del acervo cultural cristiano que estaba presente en Europa desde los primeros albores de la Edad Media. Hay que esperar para ver tales persecuciones e intentos de erradicación de cultos y creencias previas a la llegada del Cristianismo al Imperio Romano (ojo, e insisto, no pretendo justificar ni una cosa ni la otra, me remito a hechos, hechos estudiados hasta la saciedad, contrastados por historiadores, historiadores de las religiones, sociólogos e incluso filósofos y teólogos). Sólo con la llegada de la fe cristiana comienzan a observarse persecuciones sistemáticas y premeditadas contra cultos paganos. Ya desde el famoso Edicto de Tesalónica en el 380 con Teodosio se formularon leyes que prohibían los cultos paganos, así como se fomentaban las destrucciones de templos y se establecían innumerables cortapisas para que sólo se ejerciera el culto oficial, el cristiano. Esta es una tónica que se repitió prácticamente de forma idéntica durante toda la Edad Media y la Modernidad, llegando hasta incluso la Ilustración.
      Así pues se observa que los principales motivos para la persecución de estas reminiscencias paganas llegan desde muy atrás, principalmente promovidas por los poderes políticos incluida y destacada la Iglesia, tanto católica como protestante, con matices eso sí. Me resulta chocante que te plantees la pregunta de si realmente la inspiración de estas persecuciones era pagana cuando todas las interpretaciones y justificaciones en numerosos ajusticiamientos parten de premisas eminentemente cristianas, extraidas y reinterpretadas de las sagradas escrituras (un claro ejemplo lo tenemos también en el Malleus Maleficarum y ciertos enjuiciamientos civiles en la baja Sajonia en la segunda mitad del XVI).

      Por último:

      “No olvidemos que las iglesias cristianas tendían a asimilar las culturas preexistentes y sus festividades para acabar transformandolas con el tiempo”.

      Esto que dices es totalmente cierto, toda iglesia cristiana asimilaba en ciertos contextos a cultos anteriores. Sin embargo, esto no es la tónica general y en otras tantas ocasiones directamente intentaban erradicarlas. Este es el caso de las persecuciones que tenemos entre manos. Volviendo al punto anterior, en este terreno no se observa ningún tipo de asimilación previa de ámbito pagano (lo cual no dice que sea imposible ojo y quizá algunos casos se nos escapen), todo parte de reinterpretaciones sistemáticas de los textos sagrados, acumuladas durante siglos y luego volcadas en textos como el Malleus. ¿Qué puede haber ciertas influencias paganas en determinados comportamientos eclesiásticos y sociales en estos siglos? Sin duda alguna pero en el terreno que nos concierne, la permeabilidad a esta clase de influencias es muy costosa de observar.

      Un saludo.

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