Odín es uno de los dioses más interesantes del panteón escandinavo (y
germánico si generalizamos). Es el principal dios de dicho panteón,
aunque esto no siempre fue así, pues suplantó en el transcurso de los
primeros siglos de nuestra era a Tyr en el papel de dios soberano,
tomando para sí características y áreas de actividad que antes habían
pertenecido a este dios y a otros. El nombre de Odín,
junto con sus homónimos de otras regiones (antiguo nórdico: Óðinn,
antiguo alto alemán: Wôdan, antiguo inglés o anglosajón: Wōden), tiene
su orígen etimológico en una antigua palabra indoeuropea, concretamente
proto-germánica, que hacía referencia al posible “ancestro” de este dios
al que se le hacía culto: *Wōđanaz. Según nos comenta Enrique Bernardez en “Los Mitos Germánicos”
dicho nombre significaría algo así como “El que posee el furor”. En
principio pensaríamos en el furor guerrero pero su significado va más
allá, se refiere al estado de trance vinculado con las prácticas
adivinatorias de estos antiguos pueblos, con la magia y el contacto con
los muertos pero también con la inspiración y el arrebato poético. Se
piensa que Odín en un principio sólo era el dios de los muertos, de los
caídos en combate, quizá uno de varios dioses de los muertos pues los
otros (en concreto diosas) se encargarían de otra clase de muertos,
fallecidos en otro tipo de circunstancias no vinculadas al combate. Por otra parte, cuando Tácito nos habla de los dioses de los
germanos, siempre nos los cita comparándolos con los que él ya conoce,
los grecolatinos, por ello a Odín los relaciona con Mercurio. Algunas de
las funciones de ambos dioses coinciden plenamente (ambos son psicopompo,
es decir, se encargan de conducir a las almas de los muertos al más
allá, en el caso de Odín mediante las valkirias. También ambos son
dioses muy viajeros, adoptando vestimentas muy parecidas en sus viajes,
ya sea con capas o capuchas), sin embargo otras funciones no coinciden:
Mercurio era dios de los mercaderes, función que Odín no tiene. Por otra
parte, aunque los dos conducen a los muertos al más allá o al
inframundo, Mercurio no hace distinciones como si las hace Odín.
Petroglifos de Tanum, Suecia (Edad del Bronce). ¿Wodanaz, el "ancestro" de Odín? |
“El padre de todos” (Alföðr)
como también era conocido, junto con otros tantos nombres,
era el dios de la poesía, de la muerte, del conocimiento y de la guerra.
Pertenecía al grupo de dioses conocidos como Ases, en contraposición al
otro grupo de dioses denominados Vanes. Los primeros serían dioses
vinculados con la aristocracia escandinava, las castas guerreras y
los ambientes cortesanos, mientras que el segundo grupo estaría más
relacionado con el mundo de los campesinos, las cosechas y todo lo
concerniente al pueblo llano.
Como decimos, Odín recibe numerosos
nombres que aluden a sus características más comunes como dios tutelar y
soberano y que hacen referencia a numerosos mitos en los que él
participa o tiene un papel importante. Algunos de ellos son: Hnikarr (“que inflama”), Kialarr, (“destructor”), Blindi (“el ciego”), Síðhöttr (“capucha larga”), Veratðr (“dios de los hombres”), Göndlir
(“el que tiene el bastón mágico”), etc. Los nombres muestran diferentes
facetas del carácter de Odín, o algo de la diversidad de sus
actividades: el dios de la guerra y el dador de la victoria, el dios de
la magia, el dios siniestro, el dios terrorífico y espantoso, incluso,
como decía, algunos nombres encierran mitos en sí.
En cuanto a su apariencia física,
normalmente tomando ejemplos de representaciones tardías, se le
imaginaba como un hombre de edad madura o avanzada, tuerto, y que porta
una lanza denominada Gungnir (La palabra significa la
producción de un violento temblor o sacudida, puesto que, supuestamente, sacudía con
viveza a cualquiera que era golpeado por ella. Según la mitología fue
fabricada por los hijos de Ivald (los enanos), y fue dada a
Odín por Loki en compensación por el robo del pelo de Sif, mito que
veremos llegado el momento). También se le solía representar montado
sobre su caballo Sleipnir, de ocho patas (algunos autores
defienden que el caballo divino no tenía ocho patas y que si se le
representaba así era simplemente para resaltar su facultad de correr a
enormes velocidad y de elevarse por los cielos).
Bibliografía.
- BERNARDEZ, Enrique. Los mitos germánicos. Madrid: Alianza, 2010. Alianza Ensayo.
- TÁCITO. Germania.
Muy interesante, y lo que me ha parecido curioso es las comparaciones que hizo Tácito respecto a los dioses grecolatinos. Hubiera pensado que Odín se relacionaría más con Zeus que con otro, por aquello de ser el dios soberano.
ResponderEliminarRespecto a la clasificación entre "ases" y "vanes", siempre lo había escuchado de pasada pero hasta ahora no sabía exactamente a qué se debía.