sábado, 18 de enero de 2014

Los godos: Desde las frías aguas bálticas a los fríos sables árabes (Parte II).


Partiendo de donde lo dejamos en la última entrega, una vez llegados los godos a las zonas cercanas a la frontera oriental del Imperio Romano, sus costumbres, sus hábitos de vida y creencias cambiaron. La sociedad goda comenzó a dedicarse a la actividad agrícola y, en menor escala, a la ganadería, formandose en ella castas especializadas. Nace así una fuerza de campesinos libres y otra casta que estaba conformada por guerreros profesionales. Surge también una aristocracia que se dedica a acumular grandes riquezas obtenidas mayoritariamente del comercio con el Imperio Romano. Este cambio social y económico hacia una nación agrícola-guerrera, hace que las aspiraciones militares de los godos sean la conquista de tierras fértiles donde poder asentarse y desarrollar la actividad agraria. En todo el territorio conquistado se produce este poderoso fenómeno, pero se muestra una acentuación en comarcas visigodas, pues limitaban con el Imperio, por un lado, y con los ostrogodos, por el otro. Cabe destacar que estos últimos, los ostrogodos, en los años en que estuvieran en las costas del Mar Negro recibirían una importante impronta cultural por parte de los pueblos de las estepas por lo que adoptarían el uso frecuente del arco y el caballo.

Aprovecho para dejaros un mapa con la situación del Imperio Romano en los siglos III y IV d.C. Aparece claramente lo que os he venido explicando de la migración goda y sus primeros asentamientos.


Volviendo a esa amenaza del este, la situación a finales del siglo IV en la zona noreste del Imperio Romano era dramática: a los visigodos los tenemos muy nerviosos, presionando, como ya hemos comentamos, la frontera con Roma. Por su parte, como ya sabéis, los ostrogodos quedaron situados tras su migración y separación en la zona noroeste del Mar Negro, como se indica en uno de los mapas anteriores. Seguían siendo godos, tambien ya cristianizados y romanizados pero con una fuerte influencia de los pueblos esteparios. Allí habían formado un discreto reino que duraría poco.
Hacia el 370, una serie de pueblos pastores y nómadas venidos de las estepas asiáticas hacen acto de presencia de forma brutal en la zona buscando nuevos pastos y territorios. Son los hunos, un conglomerado de tribus nómadas asiáticas que habían ido desplazándose hacia el oeste desde los primeros años de nuestra era. En su avance, llegaron hasta el límite oriental del Imperio Romano y como consecuencia sometieron a los ostrogodos de la zona. Por lo tanto, los ostrogodos se convirtieron en siervos y tributarios de los hunos. Este pueblo asiático llegó a someter a infinidad de tribus de Europa oriental, conformando un enorme reino huno por todo el territorio. Cabe señalar que estos hunos ya son nombrados en el siglo III a.C. en algunas crónicas chinas, bajo el nombre de Xiong-nu, un pueblo nómada centroasiático, aunque algunos investigadores son aún escépticos con esta teoria.
Como consecuencia de la arrolladora llegada de los hunos, los visigodos comenzarían un avance imparable a través de prácticamente todo el Imperio. Huían de una fuerza a la que no podían hacer frente en las condiciones en que estaban. De esta manera comenzaría un periodo que se extendería hasta bien entrado el siglo V donde encontramos numerosos pactos, agresiones y migraciones que desembocarían, como una de tantas causas, en la disolución del Imperio Romano Occidental. 
En este avance visigodo, imparable ya, tuvo lugar una de las mayores derrotas militares que sufrió Roma jamás (sin incluir la Batalla de Teutoburgo, 9 d.C.), la Batalla de Adrianópolis. En ella murieron más de 5000 soldados romanos, incluido el emperador Valente, por su temerosa actitud de no esperar a la llegada de refuerzos. Para lo único que sirvió esta batalla fue para que los visigodos se asentasen por algunos años dentro de las fronteras romanas, bajo pacto por supuesto, y para que se impidiera la llegada de los visigodos a Constantinopla, ya capital del Imperio Romano Oriental. Hay que tener en cuenta que mucha población romana descontenta, así como campesinos hartos de la tremenda presión fiscal que estaba ejerciendo el Estado romano, se unieron a los visigodos y contribuyeron a inclinar más la balanza. Lo que está claro es que Roma ya no es lo que era y sus ejércitos lo reflejan totalmente, ejércitos de los que más de la mitad de los integrantes eran bárbaros alistados o mercenarios y cuyas estrategias en batalla y actitudes dejaban mucho que desear.
Así pues, resumiendo un poco, tenemos: 
  • Un contingente de visigodos asentados dentro de la frontera romana en calidad de foedus o pacto con Roma. 
  • Los ostrogodos debilitados bajo el control de la confederación huna.  
  • La presencia huna en las cercanías del Imperio.

Así pues vemos que hay un foco de inestabilidad en la zona Danubiana a finales del siglo IV de nuestra era. Recordemos que, tras la batalla de Adrianópolis, los visigodos se establecieron en la zona interna de la frontera romana. Aunque existirá un periodo de paz de diez años entre romanos y godos hay que decir que la convivencia de los visigodos con la población local no fue fácil. Eran vistos con malos ojos, causantes de un desastre militar y humano y, sobre todo, vistos como extranjeros incultos, indignos de habitar en el territorio romano. A su vez, los visigodos, a partir de estos momentos, serían utilizados como ejército mercenario al servicio de Roma, serán usados como primera línea de batalla en los ejércitos imperiales para repeler el ataque de otros pueblos germánicos que ya estaban empezando a penetrar por las frontera norte y noroeste del Imperio (vándalos, alanos, marcomanos, cuados, etc.).

Indumentaria y panoplia de un godo (siglos IV-V de nuestra era).

Sin embargo, los visigodos comenzaron a indignarse; si, gozaban de tierras concedidas por el emperador Teodosio, incluso mejores que las que se les dieron anteriormente, sin embargo, esto no compensaba la enormes pérdidas que padecían al servicio de un Imperio que tanto les hacía sufrir. De entre los visigodos, concretamente de una familia noble goda, surgió la figura de un importante caudillo que fue coronado rey de los visigodos, Alarîch (“rey de todos” o simplemente “poderoso”), el famoso Alarico. El líder visigodo había sido educado en las costumbres romanas, sabía latín y tenía conocimientos diplomáticos por lo que estos factores tendrían bastante peso a lo largo de toda su actividad.
Alarico, junto con otros nobles, motivarían a su pueblo a rebelarse contra Roma, para demostrar que el pueblo godo era un pueblo a tener en cuenta y que no podía aguantar más el sufrimiento por el que estaba pasando. De esta manera, los visigodos iniciaron un avance imparable. Desde los Balcanes y la zona norte de Grecia, arrasarían y saquearían poblados, ciudades y puestos militares sin que nada los parase. De esta manera llegaron hasta la región de la actual Padua. Es curioso que este hecho junto con las continuas incursiones por la zona de los demás pueblos germanos dieran pie a que las poblaciones locales huyeran hacia el sur y llegasen hasta las islas del Golfo de Venecia fundando, como os habréis imaginado, la futura ciudad de Venecia, estableciendo un gobierno autónomo y asentando las bases para la futura Venecia medieval.
Seguiremos con la última parte de este monográfico en unos días ;)

Keltos.

2 comentarios:

  1. Releyendo el artículo y la parte de los hunos, me asalta una duda: la famosa batalla de los Campos Cataláunicos, ¿cuándo se produjo aproximadamente?

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    1. Se produjo en el 451, enfrentando a romanos y visigodos contra una coalición de hunos. Debería haberla mencionado en la parte III pero por sintetizar la dejé atrás.

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