Demetrios debe perder. El papiro en forma de contrato entre el padre del luchador Nicantinos y los entrenadores de Demetrios lo expresa bien claro “Durante el combate, Demetrius debe caer al suelo tres veces y después rendirse”, sería recompensado con “308 dragmas de plata de la vieja acuñación”. El antiguo contrato griego descifrado ahora por historiadores del King’s College de Londres pertenece al año 267 y fue descubierto en la ciudad de Oxirrinco –nombre heleno de la Per-Medyed egipcia- que fue habitada por numerosos griegos durante ese periodo.
Los dos luchadores combatían por el título de la 138 edición de la Gran Antinoeia, que consistían en una serie de juegos celebrados durante un festival religioso. El fraude estipulaba, incluso, que Demetrios conservaría la suma acordada aún en el caso de que los jueces descubrieran que se estaba amañando el combate y le privaran de la victoria a Nicantinos.
Por la otra parte, el padre del que había sido designado ganador antes de que se produjera el combate, estipulaba en el contrato también que en caso de que Demetrios se echara atrás y no cumpliera con lo acordado, estos deberían pagar una suma aún mayor.
El profesor Dominic Rathbone, quien descifró el papiro, ha explicado a los medios que “en la antigüedad eran común este tipo de tratos para minimizar las pérdidas del costoso entrenamiento de los atletas”. Siguiendo las reglas, sin trampas, las luchas de este periodo consistían en tumbar al contrario en tres ocasiones, utilizando un determinado número de llaves, algunas de ellas muy similares a las que se emplean en la lucha libre actual.
El profesor Dominic Rathbone, quien descifró el papiro, ha explicado a los medios que “en la antigüedad eran común este tipo de tratos para minimizar las pérdidas del costoso entrenamiento de los atletas”. Siguiendo las reglas, sin trampas, las luchas de este periodo consistían en tumbar al contrario en tres ocasiones, utilizando un determinado número de llaves, algunas de ellas muy similares a las que se emplean en la lucha libre actual.
(Fuente: La aventura de la Historia. Autor: Julio Martín Alarcón).
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