martes, 3 de diciembre de 2013

El derrumbe de Pompeya, las ruinas en peligro.


Las ruinas de la ciudad romana de Pompeya sobrecogen no sólo por el valioso testimonio que representan, ya que la erupción del volcán Vesubio acabó de cuajo con la bulliciosa urbe en el 79 d. C., conservando prácticamente intacta, bajo toneladas de lava, ceniza y piedra, las casas, negocios, artesanía e incluso el molde de los cadáveres sepultados por el volcán aquel fatídico día. Impresiona también porque la experiencia de caminar sobre sus piedras no es la habitual de otras ruinas. Pompeya, redescubierta en 1748, es una ciudad prácticamente conservada en su totalidad, con sus calles, casas, comercios, edificos públicos…levantados sobre un entramado de vías y avenidas.

Hay que ir con un mapa, y su dimensión es considerable; te puedes llegar a perder entre sus muros. Esa libertad de movimientos, hace ya una década, ofrecía una vivencia única, al tiempo que desconcertaba, en ocasiones, porque se podía hacer prácticamente lo que se quisiera, subirse a las piedras, acercarse a los frescos, tocar las paredes… 
Ahora, los restos arqueológicos han sufrido un nuevo derrumbe que ha dañado uno de los muros de una de las tiendas de Via Stabiana, además de un fresco de la Casa de la Fuente Pequeña, tal y como informan los diarios italianos.

Notificado por la Superintendencia Especial de los Bienes Arqueológicos de Nápoles y Pompeya, se suman a los ya reportados el pasado 24 de noviembre, una tendencia que comienza a alarmar: la ciudad parece que se encuentra en progresivo deterioro, ya que habría que añadir al menos otros cinco derrumbes más producidos desde 2010.

Aunque las malas condiciones climatológicas del otoño en Italia se esgrimen como posibles causas, sindicatos como los CISL y UIL señalan a las autoridades y a su dejadez a la hora de preservar el tesoro arqueológico como la verdadera razón del deterioro. Habrá que demostrar las razones, pero Pompeya no es precisamente un yacimiento vigilado y cuidado con esmero, más bien lo contrario, el encanto de explorarlo sin restricciones de ningún tipo era indicativo del posible reverso de su inevitable deterioro.

Así lo constató la propia Unesco, que el pasado julio denunció el proceso de degradación, hasta el punto de llegar a amenazar a las autoridades italianas con retirarle su condición de Patrimonio de la Humanidad, que ostenta desde 1997, si no se hacía algo al respecto.

En 2012 el Gobierno de Mario Monti había aprobado el llamado Gran Proyecto Pompeya, tal y como detalló La Aventura de la Historia en el Dossier del número de marzo de 2013, un programa de restauración que cuenta con un presupuesto de 105 millones de euros, y que avanza, no obstante, demasiado lento: aún no se han nombrado al director y subdirector general, y tan sólo han arrancado cinco de las 30 obras previstas, quizás no conviene demorarlo ni un minuto más.

(Fuente: La aventura de la Historia. Autor: Julio Martín Alarcón).

No hay comentarios:

Publicar un comentario